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Destacan Monterrey y Hualauises por sus cronistas

Por: Alma G. Ramírez Castillo / Personajes

Los cronistas de Monterrey y Hualahuises tienen algo en común: cuentan con las credenciales con más historia de Nuevo León.

Hablamos de los poseedores de las credenciales 1 y 2  de la Asociación Estatal de Cronistas José P. Saldaña: el cronista de la Ciudad de Monterrey, el maestro, Israel Cavazos y del  historiador de Hualahuises, Napoleón Nevares Pequeño.

Para darnos una idea de ¿quién es Napo? Basta decir que el nombramiento oficial número dos de la Asociación Estatal de Cronistas José P. Saldaña, lo que lo hace acreedor al segundo registro más antiguo de Nuevo León, tan sólo uno después del maestro, Israel Cavazos.

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Desde  joven, Napoleón Nevares Pequeño se convirtió en todo un personaje  de su natal Hualahuises, donde estudió el jardín de niños, la primaria y la secundaria. Ya siendo cronista un día tuvo la lucidez de bautizar a su tierra como “El Vaticano” de Nuevo León, porque geográficamente está ubicado dentro del territorio de Linares.

Su gusto por la lectura lo descubrió gracias a sus padres,  Antonio Nevares González y Ana María Pequeño Ramírez: “le gustaba leer muchos libros de civismo al grado que entre los amigos siempre contaba historias increíbles de los héroes nacionales y también de Nuevo León”.

Su mamá, la profesora Ana María Pequeño Ramírez, fue quien le inspiró la pasión por la lectura y su vocación por el magisterio.

Allá por finales de la década de los 60, Napoleón Nevares Pequeño salió entusiasmado de su querido Hualahuises con la idea de triunfar en la capital: su destino era Monterrey porque sabía que en esta Ciudad podía estudiar en la normal básica, Ing. Miguel F. Martínez.

Fue entonces que conoció a la mujer que pronto sería su esposa y la madre de sus hijos, la profesora, Ana María Treviño Garza, con quien compartía sus  gustos y su misma vocación: el magisterio.

Ya en los 70 terminó la normal básica con honores y entró a la Normal Superior Moisés Sáenz para estudiar la especialidad en Ciencias Sociales; A mediados de esa década decidió estudiar la carrera de licenciado en Derecho y Ciencias Sociales.

¿Qué tal Napo, eh? Como se pregunta reiteradamente el profesor, Napoleón Nevares Pequeño, cuando está platicando de algún tema que le apasiona, además de reconfirmar sus conocimientos con sus interlocutores.

Su nueva carrera le llevó en 1979 a ser invitado a dar clases en la naciente facultad de Ciencias de la Comunicación de la UANL.

Desde entonces ha visto egresar a cientos de periodistas, publicistas y publirrelacionistas que con éxito hoy dedican su tiempo en el campo profesional.

“Llevo 43 años ejerciendo la docencia” dice el Profe Napo y eleva la mirada al cielo como evocando los tiempos en que entró por primera vez a un aula: sus libros, sus alumnos, el pizarrón, sus manos manchadas del clásico gis blanco.

Para Nevares Pequeño, haber estado en los salones impartiendo clases desde primaria, secundaria y profesional le ha valido para ser galardonado con la más alta distinción que a la que pueda aspirar un maestro: la medalla Ignacio Manuel Altamirano.

Recuerda con agrado que siendo profesor de la Facultad de Ciencias de la Comunicación le valió para ser invitado a desempeñar el cargo de Jefe de Prensa Interino de la entonces Dirección General de Educación del Estado, hoy Secretaría de Educación.

Empezó a compartir sus conocimientos editando revistas juveniles y el órgano oficial de los cronistas del Ateneo Nacional de Investigaciones Geográficas.

“Bien recuerdo que hasta hace poco acudía a Radio Nuevo León para transmitir el programa Retratos de Nuevo León cuyo único propósito era el rescate cultural de los pueblos del estado”, menciona el Profe Napo.

Además le confirieron el honroso cargo de asesor cultural de TVNL; fue Director de la Sociedad Nuevoleonesa de Historia, Estadística y Geografía de Nuevo León, presidió la Asociación Estatal de Cronistas José P. Saldaña y es uno de los 6 miembros del estado que están inscritos en la Asociación Nacional de Cronistas Municipales de Ciudades Mexicanas.

También fue director del Ateneo Nacional de Investigaciones Geográficas A.C. y por su fuera poco presidió la Academia de la Lengua Española del Estado de la Secretaría de Educación.

Sus conocimientos le llevaron a ocupar la Presidencia del Club Regio de Oradores A. C.

Recientemente en la UANL le distinguieron entregándole las llaves del centro de investigaciones culturales Hacienda San Pedro, además de haber recibido la famosa Carreta de esta institución por su contribución al rescate cultural de los pueblos del estado.

¿Qué tal Napo, eh? Quienes lo vemos y platicamos con este singular y popular maestro universitario desconocemos que desde hace 40 años forma parte de la Comisión de Nomenclatura Escolar que analiza, estudia las propuestas y resuelve la designación del nombre que deben llevar las escuelas primarias y secundarias de Nuevo León.

“Ahí le encargo que le ponga mi nombre a una escuelita profe Napo” le dicen en el magisterio sus colegas maestros.

Hoy, establecido de tiempo completo en su “segunda casa”, la Facultad de Ciencias de Comunicación y ostentando el cargo de Secretario Académico, Napoleón Nevares Pequeño, ejecuta los programas académicos que le asigna la directora, Lucinda Sepúlveda.

“Nuestra principal preocupación es  que los estudiantes de Comunicación salgan bien preparados. Estamos cumpliendo con el objetivo que nos trazó el Rector, Jesús Áncer y la directora de la facultad, Lucinda Sepúlveda de contratar profesionistas exitosos en el campo profesional para que den clases a nuestros alumnos”.

Elevar el nivel académico es el objetivo que siguen: “Tenemos muchos  profesionales expertos en prensa, radio, televisión y medios electrónicos que combinan su teoría con la práctica”, dijo Navares Pequeño.

Napoleón Nevares Pequeño se ha ganado un lugar en la historia y con orgullo muestra su credencial de cronista que lo ubica sólo detrás del Maestro, Israel Cavazos.

 

 

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