Hablando Entre Lenguas
Por: Patricia Pedraza / Editorial
“Aprender un idioma nuevo es obtener una alma nueva”, reza un proverbio Checo o como dice Karl Albretch, “cambia de idioma, cambia tus pensamientos”, son sin duda la respuesta al cambio de personalidad que adoptamos cuando hablamos en otro lenguaje.
En el transcurso de mi vida profesional compartiendo con otras culturas he observado cambios de personalidades en una misma persona al comunicarse en varios idiomas. Algunos cambios son más evidentes que otros.
El lenguaje corporal y facial así como el tono de voz, son muchas de las veces totalmente diferentes que incluso hasta yo misma he llegado a pensar, “ay pues que farsante”, ¿por qué está hablando así?, sin embargo, este cambio de personalidad al hablar en otro idioma, no nos pasa a todos.
Platicando con Alexandra Leguizamón, profesora y traductora de idiomas de cuna francesa y quien habla con fluidez el inglés, español e italiano, coincide con la opinión de las personalidades que se adoptan en otras lenguas.
Ella dice, “cuando yo hablo en inglés siento que soy más directa, en ocasiones siento al inglés muy propio, correcto, directo, serio e incluso hasta frío. En cambio siento al español y francés dos idiomas que tienen mucha similitud ya que hay más camaradería, más emociones.” Por supuesto que todas estas personalidades y percepciones al hablar en diferentes idiomas, variarán dependiendo de las situaciones y el entorno social, pero sobre todo con la fluidez que se manejen.
Mis hijos comentan que cuando ellos dicen “stupid” en inglés es como cualquier otra palabra sin ningún recato, pero cuando la dicen en español, – estúpido-, en primer lugar sienten que no son ellos y segundo, dicen que se oye feo, fuerte, como un insulto o grosería. Y claro, esto se hace más grave si ya las miradas reprobatorias de su madre los están penetrando.
Personalidad es la diferencia individual que constituye a cada persona y la distingue de otra, pero dependiendo cual de tus hemisferios cerebrales te rige, presentas ciertos rasgos, por ejemplo si es el izquierdo, se dice que eres analítico, lógico y racional y que tienes facilidad para los números. Si el hemisferio cerebral derecho es tu jefe, se dice que eres una persona creativa, artística, con facilidad para la síntesis, los idiomas y las materias teóricas.
Anna Berry es originaria de Polonia, estudiante de español y a quien considero yo una hiperpolíglota de corazón. No, no crea usted que esto es un insulto. Hiperpolíglota es aquella persona que tiene un dominio y control para absorber con facilidad cuatro idiomas o más en un parpadeo. Son lingüistas y amantes de la diversidad de culturas. En otras palabras, estos seres humanos son los consentidos de Dios en las lenguas.
Anna Berry considera que al hablar diferentes idiomas, la personalidad cambiará dependiendo de la fluidez con que se hablen. “Creo que cada nuevo idioma abre una nueva manera de pensar, de percibir al mundo y la vida, pero no creo que el hablar en otros idiomas pueda cambiar nuestra manera de sentir ya que las emociones no se rigen por la lengua, es decir, si yo me estuviera ahogando y necesito pedir auxilio, por supuesto que lo voy a hacer instintivamente en mi idioma nativo”.
Políglota, hiperpolíglota y multilingüe son tres definiciones que están muy relacionadas ya que se refieren al manejo de más de cuatro o cinco idiomas, sin embargo cada una tiene su propio enfoque.
Quizás sí se den esos cambios de personalidad al hablar en otros idiomas pero, lo que no se debe cambiar, sino por el contrario, se debe enfatizar, es la sonrisa en un mismo idioma. La sonrisa es como la música, el idioma universal para el cual la única personalidad que adoptamos es la alegría.
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