El Portal de Monterrey
Editorial |
Once Varas | Por: Obed Campos
La reciente denuncia presentada por la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) en contra del priista Francisco Cienfuegos ha generado un cúmulo de interrogantes que demandan respuestas claras y acciones contundentes.
La acusación, que abarca transferencias al extranjero por más de 82 millones de pesos y posibles depósitos que podrían ascender a mil 045 millones de pesos, pone de manifiesto la necesidad de una investigación exhaustiva sobre el presunto enriquecimiento ilícito, defraudación fiscal y operaciones con recursos de procedencia ilícita supuestamente de parte del connotado líder priista.
Resulta especialmente llamativo que Cienfuegos sea el coordinador de la campaña de Xóchitl Gálvez en Nuevo León, un hecho que evidencia la complejidad de las relaciones políticas en nuestro país.
La concertación entre PAN, PRI y PRD, representada por Cienfuegos, añade un matiz adicional a este escenario, subrayando la importancia de abordar las posibles implicaciones políticas que puedan derivarse de esta investigación.
Por otro lado, las aseveraciones de Cienfuegos, quien ha catalogado estas acciones como “golpeteo político”, plantean un reto adicional. Es necesario que, en medio de las acusaciones y defensas, prime la transparencia y la rendición de cuentas. La ciudadanía merece respuestas concretas y una investigación imparcial que arroje luz sobre los hechos.
Es de relevancia señalar que, a pesar de las implicaciones federales de esta averiguación, Cienfuegos ha culpado al gobierno estatal, desatando un enfrentamiento político que no contribuye a la confianza en las instituciones. Este tipo de señalamientos, sin pruebas contundentes, solo perpetúan la desconfianza en el sistema político.
Por otro lado, las declaraciones del gobernador Samuel García, quien calificó a Cienfuegos como “una rata” y cuestionó la elección de Xóchitl Gálvez, añaden un componente emocional a la situación. Es fundamental que los actores políticos eviten caer en descalificaciones personales y se centren en el respeto a las instituciones y en la búsqueda de la verdad, apegados, eso sí, siempre al estado de derecho.
En este contexto hay que exigir a las autoridades conducir una investigación de manera transparente y eficaz, sin sesgos políticos y con el objetivo claro de esclarecer los hechos.
La confianza de la ciudadanía en el sistema democrático depende de la capacidad de las instituciones para actuar con integridad y responsabilidad.
Una sociedad como la nuevoleonesa exige, y merece, respuestas concretas.
La lucha contra la corrupción y la impunidad no puede ser un mero eslogan; debe traducirse en acciones sólidas que fortalezcan la confianza en nuestras instituciones. La claridad y la transparencia son pilares fundamentales para la salud de nuestra incipiente y a veces amenazada democracia, por lo que es imperativo que se respeten y fortalezcan en cada paso que demos como sociedad.
Las expresiones e imágenes vertidas en esta columna de opinión, son responsabilidad únicamente de su autor y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Portal de Monterrey
