En el Día Mundial de las Habilidades de la Juventud
- Japón ha empezado a usar robots para sustituir al profesor en algunas aulas. Pero esta misma potencia de la robótica y alta tecnología, mantiene la tradición de hacer cálculos con antiguos ábacos. Muchos testigos de este controversial progreso cuestionan la repercusión de modernas herramientas en la educación y justo este 15 de julio, Día Mundial de las Habilidades de la Juventud, se hacen eco de la repetida queja de algunos abuelos japoneses: “¡Estos muchachos, puro teléfono! ¿y a qué hora estudian?”.
ESPECIAL/ Comunickanda / Editorial
Tokio. Las escuelas japonesas son conocidas en el mundo porque reproducen muchos de los valores cívicos de esta sociedad. Se inculca y se practica el orden, la honestidad, el esfuerzo colectivo, y la limpieza. Sin embargo, aun en este ambiente, el país no está exento de graves problemas como el hostigamiento (ijime).
Por otra parte, el paraíso de las tecnologías y la robótica ha dado un toque moderno a la vida japonesa en muchos aspectos, pero la educación sigue presentando interesantes contrastes: aun con iPads en las aulas, se enseña caligrafía y se hacen cuentas con ábaco. Incluso, hasta hace poco se escribían tesis universitarias ¡a mano!
CAMINITO DE LA ESCUELA…
En Japón, los niños tienen la opción de ir al preescolar. La educación obligatoria inicia con 6 años de primaria y luego 3 de secundaria. Después, los estudiantes pueden ir a un instituto que los prepara para la universidad.
Las escuelas japonesas tienen características distintivas: los estudiantes limpian cuidadosamente sus aulas; suelen pasar todo el día con zapatos especiales; reciben alimentos balanceados; aprenden sobre los valores y el respeto a la sociedad; y es común realizar un viaje de fin de cursos memorable.
Sin embargo, este ambiente deja de ser sano cuando afloran problemas como el hostigamiento o acoso escolar. Para los japoneses es muy importante la pertenencia a un grupo homogéneo, y justamente aquellos que presentan alguna diferencia suelen ser excluidos, señalados…hostigados.
Según datos de las autoridades de educación en Japón, un alto porcentaje de los casos de hostigamiento se ignora, por las tímidas denuncias (menos del 50 por ciento de los casos), o por la propia intención de las autoridades escolares, de no enfrentar este tipo de problemas.
Por otra parte, desde la primera enseñanza hasta los institutos o escuelas preparatorias, la meta vital es la preparación para los exámenes de ingreso a las universidades. Las consideradas universidades de prestigio (especialmente las nacionales) suelen ser garantía para conseguir más fácilmente un buen trabajo, lo que también es visto como una meta vital. De esta manera, la competencia por el ingreso a las universidades obliga a pasar intensas horas de preparación, en lo que se conoce como el “infierno de los exámenes” (shiken jigoku). El propio proceso o los resultados pueden llegar a ser tan estresantes, que alimentan las tendencias suicidas de muchos jóvenes, justo en un país donde aproximadamente cada 15 minutos alguien se quita la vida.
ENTRE EL RIGOR Y LA LIBERTAD
La educación japonesa no figura en el contexto global. Algunos especialistas dicen que el “mal japonés” es la tradición de educar a ciudadanos disciplinados y dóciles. Pero al mismo tiempo, tímidos y con pocas capacidades para el libre pensamiento.
Adelia Peña Clavel, asesora de la Mediateca en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), reitera esta imagen: “se tiene la idea de un sistema disciplinado, organizado, muy riguroso, estricto, pero con poca libertad hacia el estudiante en algunos aspectos”.
La especialista corrobora, en una visita a varias universidades japonesas, que poco a poco la dinámica se está modificando. En este sentido, es significativa la introducción de nuevas tecnologías y el llamado “auto-acceso”. ¿Será que los alumnos podrán estudiar por sí mismos?
Jo Mynard, directora del Centro de Auto-Acceso al Aprendizaje de la Universidad de Estudios Internacionales de Kanda (KUIS), dice que este sistema es muy importante puesto que las clases se dan una o dos veces cada semana, pero el acceso a nuevos medios es permanente. Aun así, a veces los estudiantes están tan acostumbrados a seguir exactamente las instrucciones del profesor, que les resulta difícil tomar sus propias decisiones. “A veces tienen libertad, pero no saben cómo aprender, así que tenemos que ser sus profesores y sus consejeros de aprendizaje”, agrega.
Esta idea es corroborada por Huw Davies, profesor de inglés y consejero en el mismo centro: “El auto-acceso al aprendizaje es dar a los estudiantes las habilidades, la confianza y el poder para estar en control de su vida”.
LA TRADICIÓN SE IMPONE
Históricamente, la educación japonesa tuvo, como en muchos lugares, etapas de exclusión. Durante mucho tiempo solamente los hombres podían ir a la escuela. Después, solamente los hijos de samuráis o de alguna clase social. Sin embargo, para educar a más personas se abrieron escuelas en los templos budistas, llamadas “terakoya”. Con pocos recursos se daban grandes lecciones. Se enseñaban artes, valores, disciplina, caligrafía, ceremonia de té y era muy importante el cálculo mental. Para esto, se usaba el soroban, un tipo de ábaco, presente en Japón desde hace más de 500 años.
La educación tradicional de Japón duró hasta la Segunda Guerra Mundial. Tras la derrota japonesa, se adoptó una ley de educación moderna, basada en modelos occidentales, pero que ha conservado su estilo antiguo. Aún en estos tiempos se fomenta la memorización, disciplina y tradiciones como la caligrafía y el ábaco o soroban.
Sueo Fujita, Masaaki Takahashi y Nanayo Oshima, ciudadanos de la comunidad de Chiba y alumnos en un grupo especial de la Universidad de Estudios Internacionales de Kanda, destacan la necesidad de mantener el ábaco en la educación para hacer cálculos y comprender los métodos matemáticos. Por su parte, Yasutaka Takeda agrega: “es muy útil el reconocimiento de cálculo con figuras, tal como se aprende desde la educación primaria”. Este instrumento no se ha quedado sólo en las escuelas. Todavía existen negocios y oficinas públicas que registran sus cuentas en grandes ábacos, a la vista de mucha gente.
Por otra parte, el arte de la caligrafía japonesa es tradición y aún herramienta fundamental. El idioma japonés cuenta con menos de 50 sílabas muy sencillas, sin embargo, en la escritura se combinan miles de ideogramas, por lo que las máquinas de escribir no llegaron a funcionar en Japón. Así, hasta hace pocas décadas, había incluso tesis escritas completamente a mano.
El uso extendido de las computadoras, finalmente, permitió el desarrollo de programas que combinan los sonidos japoneses y ayudan a elegir automáticamente los caracteres correspondientes, para quien escribe.
EL AULA DE SHAKESPEARE
Hablando de educación, a veces no importa qué tan avanzado es un país. La tradición se impone…
Huw Davies, joven profesor de inglés en Japón muestra una fotografía de su escuela en Stratford-upon-Avon, cerca de Birmingham, Inglaterra. Es justamente la misma institución donde estudió William Shakespeare hace unos 450 años. “Todavía en estos días hay salones con escritorios originales. Los muebles son muy antiguos, pesados. Incluso se quiebran las puntas de los lápices porque la madera es demasiado dura”, comenta. Además, observa que el profesor tiene un lugar más alto que los estudiantes, como un rey.
Por supuesto, aclara que también existen aulas modernas, pero esos lugares ayudan a entender el sistema de educación vertical muy antiguo que a veces se mantiene, donde no hay nada superior al profesor.
Por su parte Jo Mynard también ha visto contrastes en su experiencia como profesora. Uno de ellos lo vivió en Abu Dabi, capital árabe moderna, donde los estudiantes estaban acostumbrados a memorizar el Corán. “Esto era problemático cuando intentaba enseñarles inglés y ellos querían escribir y memorizar todo”.
BUENOS DÍAS PEPPER SENSEI
Japón también guarda sorpresas. El mismo profesor Davis recuerda que cuando llegó a Japón, le entregaron una tiza, marcadores y un reproductor de casetes, recursos que su generación ya no había conocido.
“También tengo una pequeña hija que va a una guardería aquí en Japón, donde los niños juegan al estilo antiguo. Usan cartulinas para hacer trenes, casas, etc. Es interesante porque a veces sin tecnología también se despierta la creatividad”, observa el profesor.
Considera que esos juegos, o incluso el ábaco pueden ser muy poderosos. Si uno observa algunos programas educativos en la televisión japonesa, probablemente encontrará todavía muchas cartulinas explicativas, al mismo estilo que se usaba hace 30 ó 40 años. “Creo que en Japón se valoran las viejas formas de hacer algunas cosas porque funcionan. Entonces ¿por qué cambiarlas?”.
Es verdad que la educación japonesa puede ser muy tradicional. Pero al mismo tiempo va a la vanguardia en tecnología. Pepper es un simpático robot japonés que ahora se puede ver en tiendas, parques, bancos y está tomando un lugar especial en la educación… Nada menos que en lugar del profesor.
Según el periódico Sanyo, la población de Waki, en la provincia de Okayama, cuenta con cuatro robots Pepper, que participan en las clases de inglés, desde las guarderías hasta la secundaria. La página de noticias Net IB confirma que también existe el proyecto “El Profesor Robot te enseña a programar robots”.
Las nuevas tecnologías en la educación también han aumentado el llamado “tecno- estrés” y la dependencia de estas herramientas ha afectado las habilidades en el conocimiento.
Aunque a veces pensamos que “todo el mundo” está en las redes sociales, debemos recordar que más de la mitad de la población mundial aún está excluida de las nuevas tecnologías.
“Es muy importante que la tecnología sea accesible a todo el mundo. No solamente a las personas con dinero. Será muy importante que todos tengan acceso, por ejemplo, a un teléfono móvil con todas sus herramientas para conectarse con el mundo”, opina Davis.
“También hay una confusión entre lo que significa utilizar la tecnología con la verdadera pedagogía. Algunos profesores son ‘entusiastas de la tecnología’, es decir simplemente la usan como un pizarrón. La verdadera innovación estaría en utilizar la tecnología para que el aprendizaje sea mejor, mayor o más significativo”, dice Peña Clavel, de la Mediateca de la UNAM.
VENTAJAS Y DESVENTAJAS DE LA TECNOLOGÍA EN LA EDUCACIÓN
“Hay muchas ventajas, por ejemplo, más elecciones para los estudiantes o la posibilidad de comunicarse con gente de países diferentes en otras lenguas”, considera Mynard. Sin embargo, uno de las desventajas es que la gente se vuelve dependiente de la tecnología, agrega Davis.
Kimiyo Malik Takahashi, también estudiante de la comunidad de Chiba en esta universidad reconoce que se dañó su computador, y con ello perdió mucha información importante, por lo que lamenta su alta dependencia de la tecnología. Sin embargo, ella misma considera que para aprender una lengua extranjera, la posibilidad de estar en contacto con otras personas del mundo, cara a cara, gracias a la tecnología, es muy importante.
Para Peña Clavel, una desventaja es que hay mucha información y a veces los estudiantes no saben elegir cuál es la importante. O a veces la usan para poner en duda la autoridad o el conocimiento del profesor. Así, los docentes tienen que aplicar su conocimiento para orientar a los estudiantes en un proceso de discriminación o discernimiento de la información. En su opinión, el profesor es muy importante para definir a los futuros profesionistas, futuros ciudadanos digitales.
La rapidez es también una desventaja. Deja poco tiempo para la reflexión y el conocimiento requiere siempre de construirse, destruirse y volverse a construir.
Pero, hay que saber usar estas nuevas herramientas. “A veces los profesores o estudiantes usan la tecnología porque se ve ‘cool’, pero no trae ningún beneficio en el aprendizaje”, expresa Mynard.
A Peña Clavel le sorprende que Japón o algunos países desarrollados no participen en iniciativas de universidades como la UNAM, para establecer contactos en sesiones de teletándem (conversaciones directas de estudiantes de varios países, en varios idiomas).
En parte, dice que puede ser porque existen las herramientas, pero no se usan mucho en la educación. Todavía, muchas personas consideran que las llamadas redes sociales, los teléfonos o las tabletas tienen solo fines personales o de convivencia social, y no académicos.
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Elaborado por alumnas de español de la Universidad de Estudios Internacionales de Kanda, Japón: Reino Akutsu, Misaki Momma, Eri Matsuzawa, Yuriko Otake y Silvia Lidia González (profesora).