Por: Patricia Pedraza / Reportaje Especial

“Las tortugas llegan a la orilla de la playa, hacen su hoyo en la arena por aproximadamente 10 minutos, y en cuestión de segundos empiezan a desovar, es en ese momento, cuando nosotros estamos listos para rescatar y proteger sus huevos “, dijeron Ixhel Flores y Erick Romero, dos jóvenes de preparatoria y universidad quienes son algunos de los encargados de ayudarles a las tortugas a desovar , es decir, dar a luz en las playas de Cancún.

Extraer, vender, incomodar y consumir huevos y carne de tortuga es un delito federal que se castiga con cárcel. La Dirección de Ecología estableció este programa de protección y manejo de tortugas marinas en el municipio de Benito Juárez del estado de Quintana Roo hace más de diez años debido a su peligro de extinción.

Los jóvenes voluntarios ayudan aproximadamente de 20 a 30 tortugas por noche a dar a luz. Cada tortuga desova un promedio de 120 huevos y se estima que en una temporada cada tortuga puede desovar hasta cuatro veces. Comentaron que Cancún es la única playa a la que cuatro especies de tortugas como la blanca, caguama, laúd y carey llegan a principios de mayo.
Las tortugas blancas son enormes y crecen hasta un máximo de tres a cuatro pies. Su increíble y fuerte caparazón es lo que se puede apreciar en medio de la noche depositando hasta dos huevos seguidos en la quietud del mar teniendo como música de fondo el ruido de sus olas. Una vez que las tortugas desovan, regresan cansadas y tristes a las aguas del mar sabiendo que nunca volverán a ver a sus hijos.
El trabajo voluntario de Ixhel y Erik es supervisado por Esteban Burgos, Coordinador de los jóvenes voluntarios así como de trabajadores de los hoteles asegurándose que tengan el apoyo necesario para ayudar a las tortugas a depositar sus huevos y a la protección de los mismos.
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