Editorial |
Once Varas | Por: Obed Campos
El fracaso de Rosa Icela Rodríguez Velázquez, al cargo de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana no se ve por su evidente puesto de cero a la izquierda ante el mando militar, sino más bien por la obviedad.
Un tema, que, ya se ha dicho, el de las llamadas de extorsión que significa un gran negocio para la delincuencia organizada en México, funciona desde los penales, que son responsabilidad, sí, de los estados, pero la federación no puede hacer como el chinito y quedarse “no más milando”.
Y es que como en aquella cumbia, la cosecha de llamadas, nunca se acaba y esto mina la paz y los nervios de la ciudadanía afectada por las amenazas… Y si un cura en una iglesia en Monterrey les puso la muestra con bloqueadores de señal para que los feligreses no interrumpieran la homilía no se ve qué esperan las autoridades para copiar la idea en los penales.
Es urgente, por un tema de salud pública mental, que alguien se apiade y tome medidas inmediatas para abordar la situación y proteger a la sociedad de posibles consecuencias negativas asociadas con las actividades delictivas originadas desde dentro de los centros penitenciarios en México.
De acuerdo a datos de la misma Secretaría de Seguridad que encabeza Rosa Icela, durante el periodo del 10 de diciembre de 2022 al 30 de noviembre de 2023, se ha registrado un preocupante aumento en las llamadas de extorsión provenientes de centros penitenciarios en México.
Según datos recopilados de los 284 centros penitenciarios estatales del país, se observa que nueve de ellos concentran el 96.6% de estas llamadas, destacando la magnitud del problema y la necesidad de abordarlo de manera urgente.
Aquí le va la lista que cayó en mis manos de los centros penitenciarios con mayor incidencia en ese rubro:
1.- Puente Grande, Jalisco: Encabeza la lista con un asombroso total de 2 millones 179 mil 318 llamadas extorsivas. Este número representa un desafío significativo y sugiere la necesidad de investigar a fondo las medidas de seguridad y la posible complicidad interna.
2.- Santa Martha Acatitla en la CDMX: con 1 millón 116 mil 554 llamadas, este centro penitenciario en la Ciudad de México también presenta una cifra alarmante. Las autoridades deben analizar las vulnerabilidades en los sistemas de comunicación dentro de la prisión.
3.- Altamira, Tamaulipas: Con 349 mil 312 llamadas, Altamira se posiciona como el tercer centro penitenciario con mayor incidencia. Es esencial evaluar las condiciones que podrían estar contribuyendo a este problema en la región.
4.- Reclusorio Norte de la CDMX: Reporta 346 mil 950 llamadas extorsivas. La ubicación en la capital del país resalta la necesidad de una intervención efectiva y coordinada a nivel metropolitano.
5.- Penal de Matamoros, Tamaulipas: Aunque en menor medida que los anteriores, 67 mil 780 llamadas aún representan una amenaza importante. Las autoridades deben abordar este fenómeno antes de que se intensifique.
A esta lista le siguen, en el número 6.- el Reclusorio Oriente de la CDMX con 65 mil 026 llamadas.
En el número 7 aparece el penal de Reynosa, Tamaulipas, con un registro de 38 mil 700 llamadas de extorsión. El octavo puesto lo tiene el penal de Ciudad Victoria, Tamaulipas con 17 mil 297 incidencias y finalmente en el puesto 9, el Reclusorio Sur de CDMX con 7 mil 931.
¿Cómo llegan los aparatos de telefonía a las manos de los internos? ¿Quién permite este contrabando y otros de mayor cuantía?
Obvio, el aumento exponencial de las llamadas de extorsión desde centros penitenciarios plantea un riesgo grave para la seguridad pública en México. Se recomienda lo siguiente:
Es imperativo revisar y fortalecer los protocolos de seguridad en los centros penitenciarios identificados, prestando especial atención a la vigilancia de las comunicaciones internas.
Se deben realizar investigaciones exhaustivas para identificar posibles cómplices internos y prevenir la corrupción dentro de los centros penitenciarios afectados.
La cooperación entre agencias gubernamentales a nivel estatal y federal es esencial para abordar este problema de manera integral y efectiva.
La implementación de tecnologías avanzadas para detectar y prevenir llamadas extorsivas desde centros penitenciarios podría ser una estrategia eficaz a largo plazo.
Es más que obvia la urgencia de tomar medidas inmediatas para abordar la situación y proteger a la sociedad de posibles consecuencias negativas asociadas con las actividades delictivas originadas desde dentro de los centros penitenciarios en México.
Y si doña Rosa Icela no puede con el paquete… pues aún puede irse a su casa escribir sus memorias.
Porque si el gobierno no puede con los que tiene encerrados, menos va a poder con los que andan afuera.
OTROS DATOS
Y de los desaparecidos, que no son 12 mil 333 como quiere el púlpito mañanero que se crea, sino 111 mil o más, luego platicamos…
Las expresiones e imágenes vertidas en esta columna de opinión, son responsabilidad únicamente de su autor y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Portal de Monterrey