Por: Roel Guajardo Cantú / Editorial

Una adicción que exalta el estado de ánimo de las personas, que motiva a combinarse con otros factores y transforma la conducta de la gente sin reparar en su posición socioeconómica. Bajo sus efectos las personas se desinhiben, se apasionan, se violentan y hasta se autoflogelan.
El mundial de futbol Brasil 2014, ha evidenciado la verdadera cultura de la gente cuando se encuentra fuera de su patria y bajo la influencia del alcohol, la pasión, la liberación de tabús y en algunos casos de las drogas.

En la Copa del Mundo Brasil 2014, aficionados mexicanos han sido sorprendidos roban cervezas antes del partido contra Croacia, exhibiendo actos de violencia contra otros adictos aficionados.
Se les ha detenido por faltas a la moral y a la integridad de personas, por agredir sexualmente a una señora y golpear en grupo a su esposo y a otros testigos.
Hemos presenciado la imagen de comentaristas y conductores de las dos televisoras más grandes del país haciendo actos y reportajes sin recato a la cultura, la tradición y los valores de México.
Si se pensaba que lo que sucediera en el mundial de Brasil, se iba a quedar en Brasil, se han equivocado y las notas de barbarie y de una ausencia de valores, han dado la vuelta al mundo y han colocado a México en una mala posición.
La falta de valores que ha exhibido la afición mexicana en Brasil, no son casos aislados o de unos cuantos. En los encuentros donde jugó la Selección de México, la tribuna de los seguidores al fútbol donde estaban los aztecas, se cimbraba con el grito a coro de la ofensa que se le lanzaba al portero del equipo contrario una y otra vez.

Para algunos sociólogos el comportamiento social de la afición mexicana representa un digno caso para estudio, a fin de encontrar explicaciones a una conducta colectiva de falta de valores.

La falta de una educación en valores es general y no exclusiva de un sector social.
El origen de la gran cantidad de problemas que tenemos en nuestra sociedad que van desde la falta de respeto a los adultos, la indolencia por el estudio y el trabajo, el robo de los recursos públicos, la impunidad, la falta de transparencia y rendición de cuentas, hasta la violencia escolar, es consecuencia de que el Estado, la familia, la escuela, la iglesia y las instituciones no hemos sabido o no hemos querido, impulsar una cultura de valores para vivir mejor.
El Portal de Monterrey


