Salud /
El SARS-Co2, virus que origina el COVID-19, constantemente está mutando y no se sabe cuál será el destino que tome. Lo único seguro es que lamentablemente llegó para quedarse.
¿Se volverá más patógeno? ¿Aprenderá a transmitirse más eficientemente? ¿Mutará hasta no poder replicarse y desaparecer?
Estas tres posibilidades expone el investigador del Laboratorio de Inmunología y Virología de la Facultad de Ciencias Biológicas (FCB) de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), Juan Francisco Contreras.
Es un volado con una moneda de, por lo menos, tres caras y donde nadie quiere apostar su suerte.
“[En el mundo] hay varias vacunas y distintas estrategias que están más adelantadas que otras. Pero ellos mismos sugieren que una vacuna estará lista hasta octubre o noviembre”, externó el virólogo perteneciente al cuerpo académico de Biología de Microrganismos.
Contreras piensa lo mismo de los tentativos medicamentos antivirales y del plasma convaleciente: tienen que pasar por un sinnúmero de protocolos para asegurar que son eficientes para todo el mundo y seguras.
“Los antivirales pasan por las mismas rutas que la vacuna. Necesitamos estar seguros que va a funcionar porque todos somos diferentes. Igual el plasma con anticuerpos; necesita estudios de compatibilidad y no aplicarse indiscriminadamente”, aclaró.
La propuesta original: el tiempo
El maestro, que imparte en la FCB la clase de Virología desde 1984, expone que pasarán algunos meses para el siguiente proceso: que las pruebas clínicas de la vacuna sean infalibles, se produzcan siete mil millones de las mismas y se aplique en cada rincón del planeta.
“Tenemos que volver a lo original ¿Y eso qué es? Que mientras nos estamos enfrentando a la pandemia, necesitamos tener conciencia que necesitamos más tiempo para que la vacuna esté en disponibilidad. Depende de nosotros”, indicó Juan Francisco Contreras, Investigador del Laboratorio de Inmunología y Virología de la Facultad de Ciencias Biológicas de la UANL.
El especialista recordó que ningún país, por más rico que sea, tiene disponibilidad de camas para atender de forma masiva a la población. México no es la excepción.
“Como sociedad tenemos esa responsabilidad. Todos nos podemos infectar aún y cuando tengamos todas las precauciones. Tenemos que entender que nosotros somos parte importante en volver a la normalidad. Esto incluye no saturar el sector salud”, invitó.
Escenarios futuros son azarosos
Apenas cinco días después del primer caso confirmado de COVID-19 en México, el 27 de febrero, investigadores del IMSS, INER y la UNAM obtuvieron la secuencia genómica del virus que particularmente se transmite en México.
“Estos virus tienen como 30 mil nucleótidos. Pero lo que más nos interesa son los estudios filogenéticos por su comportamiento y mutaciones”, agregó Juan Francisco Contreras
Luego amplió que las mutaciones del COVID-19 que pulula en el país pueden resultar en varios escenarios.
“Que desaparezca al no poder replicarse e infectar, que se enseñe a transmitirse de una manera más fácil, incluso en otras especies; o que sea más patógeno. No sabemos qué escenario pasará porque son mutaciones azarosas”, enumeró.
Comentó que en el Laboratorio de Inmunología y Virología están trabajando en estrategias, aún experimentales, para coadyuvar en sistemas eficientes de detección del virus.
Información e imágenes: Punto U / Luis Salazar