sábado , noviembre 23 2024

Una cocina muy oscura en Palacio Nacional

Editorial |

Once Varas | Por: Obed Campos

En una fonda chiquita que parecía restaurante
Me fui a comer unos tacos porque ya me andaba de hambre
Ya ven que el hambre es canija pero más el que la aguante…
La Mesera / Ricardo Diosdado

En un país como el nuestro en el que el presidente clama todos los días que reina la igualdad y que hace mucho fue el fin de los privilegios, la reciente revelación de Guacamaya Leaks y sobre la cual Latinus realizó un amplio reportaje sobre los malos olores que salen de la cocina de Palacio Nacional ponen en tela de juicio la honestidad tan cacareada por el régimen lopista.

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¿Sabía usted que “el humilde” presidente que Dios nos dio, es decir, el príncipe de la Macuspana, Andrés Manuel López Obrador tiene chef personal?

Pues esto no es lo sorprendente, porque al final, es el presidente de México y aparentemente no tiene uno, sino dos cocineros.

Pero el reportaje arroja una incómoda luz sobre una contradicción sorprendente. López Obrador ha sido conocido por su eslogan de que “no somos iguales”, pero parece que algunos privilegios no están destinados a desaparecer.

Ramón Antonio Torres Morales, un tabasqueño de 34 años, ha estado cercano a López Obrador al menos desde 2016.

Su perfil como cocinero ha recibido numerosos reconocimientos, y su importancia en el círculo presidencial ha crecido exponencialmente. Lo que es aún más intrigante es su papel simulado como parte del cuerpo de seguridad del presidente, mientras ejerce las funciones de un chef “fifi”.

Dependiente de Laura González Nieto, titular de la Secretaría Privada de la Presidencia, Torres Morales fue ¿inicialmente contratado? simuladamente como “un elemento de seguridad” para supervisar quién sabe qué, en la Presidencia… pero hoy ostenta el título de “director de área”. Su salario, sorprendentemente, es de 62,000 pesos mensuales, junto con la notoria seguridad militar que lo transporta desde y a su domicilio todos los días.

A medida que se desglosa el gasto conocido de López Obrador en Palacio Nacional, que se eleva a 72 millones de pesos, se cuestiona la falta de transparencia en los gastos relacionados con alimentos y el equipo que apoya al chef presidencial.

Este último punto adquiere una mayor relevancia cuando se considera que Torres Morales ha tenido influencia en la remoción de un militar que, voz en cuello, criticó al presidente y fue denunciado por el cocinero. Esto plantea interrogantes sobre el grado de influencia y poder que ha acumulado.

El chef de AMLO, además de sus funciones en la cocina presidencial, también ofrece servicios de catering y está involucrado con el restaurante Manglar. Además, como le dije, no es el único gastrónomo que cobra un salario en un cargo administrativo en el gobierno. Gioia Zoppi Dragonne, quien tiene una formación gastronómica, se desempeña como subdirectora de área y recibe un salario de 30 mil pesos por “funciones administrativas”.

Los números que rodean a este tema son sorprendentes. En 2019, se transparentaron gastos por más de 8 millones de pesos en equipo de cocina y alimentos. Pero la transparencia ya se sabe que es una cosa que a López no le gusta ejercer y eso ocurrió solamente en 2019 y no se repitió.

La falta de claridad en estos gastos y la similitud de otros casos de personal con antecedentes gastronómicos en puestos administrativos plantean cuestionamientos sobre la prioridad del gobierno y la necesidad de una mayor transparencia y responsabilidad en el manejo de los recursos públicos.

En una época en la que la igualdad y la lucha contra los privilegios son temas recurrentes en el discurso político, es fundamental que los líderes gubernamentales den ejemplo. El caso del chef de Palacio Nacional es un recordatorio de que los privilegios pueden persistir, incluso en las administraciones que prometen lo contrario. La sociedad debe mantener un escrutinio activo y exigir una mayor transparencia y rendición de cuentas en todas las áreas del gobierno para asegurar que se cumplan las promesas de igualdad y austeridad.

Y a propósito de oscuridad ¿esa cocina en Palacio no será más bien una fonda chiquita que parece restaurante?

@obedc[email protected]

Las expresiones e imágenes vertidas en esta columna de opinión, son responsabilidad únicamente de su autor y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Portal de Monterrey

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