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A la labor de presión y de reivindicación en beneficio de las personas con algún tipo de discapacidad, “hay que unir una labor de autorresponsabilidad, hay que ser capaces de contribuir con propuestas razonables y posibles”, exhortó Rafael de Lorenzo, en la Universidad de Monterrey.
El secretario general de la Organización Nacional de Ciegos Españoles (ONCE) impartió la cátedra magistral Desarrollo e inclusión para las personas con discapacidad: la ONCE como modelo a seguir, en el marco del 50 aniversario de la fundación de la Universidad de Monterrey.
La conferencia se desarrolló esta mañana en la Sala del Claustro Universitario de esta casa de estudios, ante miembros de organizaciones civiles, estudiantes y profesores de la UDEM, organizado por el Instituto de Derechos Humanos y Empresas de la UDEM, la Escuela de Derecho y Ciencias Sociales y la ONCE.
De Lorenzo convocó a que las personas con discapacidad trabajen en unión para que los gobiernos confíen en que las organizaciones sociales son capaces de cooperar, de cogestionar responsablemente muchos de los servicios a favor de la discapacidad.
“Hay que atraer a los empresarios para quitarles miedo y demostrarles que la persona con discapacidad puede trabajar”, expuso.
“Hay que hacer una labor de sensibilización de que una población, que en México representa un 6 %, no puede quedar al margen del esfuerzo del país: hay que convertirles en ciudadanos activos, que se forman, que trabajan, que consumen, que pagan impuestos, que participan en la vida política”, sostuvo.
El activista español subrayó que la persona con discapacidad tiene que asumir su realidad: “tiene que asumir que tiene que esforzarse y poner todo lo que esté a su alcance para salir o ayudar a salir de su situación”.
“Tiene que contar con un apoyo razonable y muy cuidadoso de la familia, que no lo puede marginar, pero tampoco puede hacer una superprotección paternalista, que lo deje prácticamente desarmado de habilidades sociales”, explicó.
Destacó que las organizaciones sociales que representan la discapacidad tienen que tener un trabajo más unido, de mayor cohesión, para conseguir más incidencia política en los gobiernos y más influencia en los empresarios.
“De pronto, esa unidad es importante y la persona con discapacidad tiene que empujar a que sus organizaciones no se limiten solo a gestionar sus centros, sino también se tienen que unir para defender los temas comunes a todos: los temas transversales”, señaló.
En su conferencia, De Lorenzo hizo un recuento de las experiencias de los ciegos desde el siglo XIV, sobre la forma en que se unieron e intentaron estar activos “para buscarse la vida y no depender de la limosna”.
Después, en el siglo XX, se crean las primeras asociaciones, en España aparece el “cupón de los ciegos” como una forma de conseguir ingresos para su sustento, hasta que se crea la ONCE en 1938.
El ponente definió la ONCE como una organización democrática, integrada por 72 mil personas ciegas totales o con un grado de visión muy pequeño, en la que eligen cada cuatro años a sus órganos de gobierno.
Adicionalmente, se creó el Grupo Social ONCE, que está integrado por la ONCE, un grupo empresarial que tiene más de 50 líneas empresariales y 500 centros de trabajo, con un total de 35 mil trabajadores, y la Fundación ONCE para atender a personas con otro tipo de discapacidades distintas a la ceguera, que se ocupa mayormente de programas de formación y empleo.
“El conjunto de Grupo Social ONCE gestiona unos tres mil millones de euros al año, de lo que queda un margen de aproximadamente un 12 %, que se dedica a políticas sociales; sostiene a 71 mil trabajadores, de los cuales el 57 % tienen alguna discapacidad y un 43 % son mujeres; somos el tercer empleador del país, suponemos el 0.52 % del total de los empleos de España y el 0.27 % del PIB”, estableció.
Especial / El Portal de Monterrey